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"Quién va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y no al Señor"

 

D-13 Melide - Arzua - Pedrouzo

En Melide entroncamos con el Camino "Francés", a partir de aquí la avalancha de gente te puede llevar por delante, especialmente las bicis. En Lugo ya habíamos notado la influencia de los últimos 100 kms, pero el entronque con el camino más popular las situaciones se volvieron, a veces, un poco absurdas.

La parte fea del camino se deja ver, ante nosotros, otros igual ya lo comenzaron a observar unas cuantas etapas antes, los que que vienen desde Roncesvalles.

 

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* Fecha: 26/09/2010

* Dist. día: 32,00 kms
* Duración: 8 h 00'

* Desnivel Ac.: + 400 mts

* Tiempo: Soleado

* Velocidad: 4,0 kms/h
* Dist. Ac.: 303,50 kms

* Restan: 20 Kms

Recorrido: Melide - O' Rañado - Boente - Ribadisio - Arzúa - As Barrosas - Pregontoño - Tabernavella - A Calzada - Calle - Boavista - Salceda - Xen - Brea - Rabiña - Alto Santa Irene - Rua - Arca-Pedrouzo.

 


Nos levantamos a la hora habitual, a las siete en punto, no nos liamos mucho y cuarenta minutos después ya estábamos en plana marcha por las oscuras sendas del multitudinario Camino a Santiago, ahora por lo que la gente conoce como "El Francés". Al salir nos encontramos con unos peregrinos que quería liquidar la cuenta, ¡uff!, ¡hasta las nueve no piensan abrir!, toca esperar, estas eventualidades hay que tenerlas muy en cuenta.

Arrancamos e iniciamos las dos últimas etapas de nuestro largo peregrinaje, íbamos sin desayunar, el dueño del hostal nos había dicho que poco más allá de un kilómetro había un bosque donde encontraríamos una desviación que nos llevaría a una gasolinera de "nueva generación" donde podríamos desayunar cómodamente, así que hasta allí fuimos.

(Amanecer en Melide, K 0,0 / 7:40 h. / M-53)

Tardó en amanecer un poco más de lo acostumbrado, en el medio de la arboleda todo parecía mas oscuro de la cuenta, el kilómetro que nos había dicho nos parecía eterno, al fin nos encontramos con un cartel clavado sobre un eucalipto que decía: "servicio de duchas", sin estar muy seguros de que aquella dirección era la buena la tomamos, el resplandor nos hacía intuir que allí había algo "comercial", al desviarnos escuchamos unas voces en inglés que nos decía que por allí no era, parecía que era nuestra menuda y silenciosa amiga La Danesa, damos las gracias y nos alejamos, lo teníamos claro, ¡queremos desayunar!

Nuestro olfato andariego no nos había engañado y tras 45 minutos desde que salimos del hostal entramos por la puerta de la cafetería de la estación de servicio de "nueva generación", el cruzar la carretera fue un poco expuesto, parecía que estaba en una especie de cambio de rasante y los coches aparecían muy rápido.

En poco más de 30 minutejos despachamos el desayuno en compañía de otros peregrinos ciclistas, los viandantes parece que no toman mucho este punto como referencia para realizar el desayuno.

A las nueve de la mañana ya teníamos un guapo día soleado sobre nosotros y estábamos ya en la dirección directa a Pedrouzo, pueblo final de etapa para el día que nos ocupa. Tras la incorporación lo primero que observamos es que ya no vamos solos, un buen número de personas nos acompañan, por delante y por detrás, aunque parecen menos que cuando caminábamos en la oscuridad, parece que vamos los últimos, ¡qué raro!

(Date prisa en sacar la foto... ¡no vamos solos!)

Nos quedaban solo 53 kilómetros para llegar darle un abrazo a la figura del Apóstol, hoy realizaríamos una larga etapa de 32 ó 33 kilómetros, la más larga de todos nuestros recorridos diarios, y la última sería de 20 kilómetros.

Hoy es día 26, el 29 hay prevista una Huelga General en toda España, todos tenemos claro, que salvo fuerza mayor, el día 29/09/2010 queremos estar en casa, así que el 27 llegamos a Santiago de Compostela, el 28 misa y vuelta para casa. El asunto no pintaba muy bien, Rosa tenía el billete de avión para el 28, ¡OK!, Eva y Paco para el 29, ¡pinta chungo!, tendrán que intentar cambiarlo, Nosotros no teníamos ningún billete, nuestra programación inicial era llegar el día 29 pero el devenir de la Amistad Peregrina quiso que no fuera así, tendríamos que ver que posibilidades de pillar un bus directo a Oviedo o un tren vía León, ¡ya veríamos!, entre hoy y mañana todos, salvo Rosa, teníamos que resolver nuestra vuelta a casa, esto se acaba.

(Hoy nos toca de compañera la carretera N-547)

(¿Algo para el viaje?)

Vamos transitando por una amplia pista terrera, paralela, más o menos, a la carretera N-547, entre una amplia arboleda, los eucaliptos son mayoría pero no es extraño encontrar algún castaño o roble, a estas altura de "El Camino" ya no necesitamos que Mary nos diga cual es cual. La fisonomía del camino no solo ha cambiado en el número de caminantes, ahora nos encontramos un buen número de puestos donde se nos ofrece de casi todo. El cambio más radical con respecto a "El Primitivo" es el gran número de bicicletas que por aquí transitan, tienes que ir muy atento, en cualquier momento te puedes pegar un buen susto, ya no podemos ir caminando relajadamente, pensando que somos los únicos peregrinos del lugar, una voz de un uniformado ciclista te vuelve rápidamente a la realidad.

En nuestro cuaderno de campo ya no figuran tantas anotaciones como en las anteriores etapas, la cámara de fotos será la que nos muestre las principales referencias del día, creo que estas dos últimas etapas van a ser muy gráficas, de echo, fue donde mayor número de fotografías hemos tomado y no precisamente por la belleza del paraje que vamos caminando.

Después de casi seis kilómetros de caminar nos encontramos con el crucero de Boente y cruzamos la carretera que llevábamos por compañera para darnos de bruces con la blanca iglesia de Santiago de Boente, donde entramos y en su sacristía sellamos y una voluntaria nos regala una estampilla con la figura del Apóstol Santiago, replica de la que hay en el guapo retablo del altar, un bonito recuerdo para guardar y no tirar, ya que si no te interesa lo mejor es dejarlo allí, la limpieza y la ecología seguro que silenciosamente te lo agradecerán.

(Boente, K 5,5 / 9:30 h / M-45)

(Iglesia de Santiago de Boente, construcción actual del S.XIX sobre templo románico del siglo XII)

Dejamos atrás los tema religiosos y avanzamos en nuestro tranquilo camino, vamos subiendo y bajando, parece que no es importante pero si tomas notas de las diferentes cuestas, que subes y vuelves a bajar para, inmediatamente, volver a subir, en los once primeros kilómetros del día hemos superado un desnivel de ascenso de más de doscientos metros, eso parece que no es mucho pero para una etapa de 32 kilómetros, al final de la jornada, se deja notar y hacen mella.

(¿No había otro lugar mejor para dejar las botas rotas?)

(¡Menuda marcha que llevan los chavales!)

(Nosotros tranquilamente entre los árboles y los campos de maíz)

Al entroncar con "El Francés" nos hemos dado cuenta que los mojones ya no son tan exactos en cuanto a indicar la longitud que resta, ya que ahora solo figura un decimal, además la concha ya no indica casi nada, tiene una posición casi decorativa, es la flecha la que ha tomado el mando.

(Caminamos entre ruedas y mandíbulas)

Nosotros seguimos con nuestra tranquila marcha, aunque hace un par de jornadas que hemos aumentado la velocidad crucero de la marcha peregrina, la hemos incrementado en 0,5 Kms/h, aunque el resto va un punto por encima nuestro y nos suele adelantar, aunque siempre hay alguna que otra excepción. Esta pequeña relajación nos permite observar ciertos detalles de los caminantes que nos adelantan o se quedan de lado, por ejemplo, aquel que nos adelantó y sobre su mochila llevaba dos mandíbulas secas de animal, o el japonés con cara despistado que miraba para nuestras "robustas" botas montañeras cuando él calzaba unas chanclas propias de las playas de la Costa Verde Asturiana.

(Yo con la chanclas y esa rizosa con botas, ¿algo no va bien?, pensará el asiático)

Entre bicicletas, curiosos peregrinos y tupida arboleda llegamos al río Iso, el cual cruzamos por un bonito puente romano, del cual según figuraba en un gran panel se tenían las referencias más antiguas de toda Galicia en cuanto a obra civil, esta vía comunicaba Lucus Augusta con Aseconia (Compostela), espero que nuestro entendimiento del Gallego no nos juegue una mala pasada y lo hubiéramos entendido todo correctamente. Tras cruzar el antiguo puente nos encontramos con el albergue de Ribadísio, del cual teníamos muy buenas referencias por parte de José Luis, tenía capricho de pernotar aquí, era muy bonito y acogedor, desde fuera pudimos comprobar que tenía pinta de ello.

(Río Iso, A Ponte Romana y albergue de Ribadisio)

(Puente romano y romántico de Ribadisio)

(Ribadisio, K 11,5 K / 10:50 h. / M-39,5)

El albergue estaba cerrado y no pudimos sellar, así que, sin mucha dilación, iniciamos un larga subida que nos llevará a enlazar de nuevo con la carretera y a encontrarnos con un punto de conflicto, ya que al llegar frente al oscuro asfalto la señalización era muy confusa, totalmente contradictoria, la dirección de la flecha plasmada en el panel era clara pero las conchas "supuestamente gallegas" eran como "las asturianas" indicaban que iban en sentido contrario, Mary quiso seguir el sentido de la concha, que era el de la carretera, así que la seguimos, a pesar de no estar de acuerdo, pero una flecha pintada parecía darle la razón. Para salir de dudas le preguntamos a una lugareña que le dio parcialmente la razón, antes el camino transcurría por aquí pero ahora van por donde indica el nuevo y contradictorio panel "informativo", así que... ¡damos la vuelta!

(Por aquí está muy feo, ¿preguntamos?)

(Tras la aclaración toca seguir la flecha y el mojón, aunque se contradigan)

Seguimos por el nuevo recorrido el cual nos hace pasar por debajo de la carretera y entre discusiones de que esto de las conchas es una buena milonga, que si a última hora una tonta flecha va a ser la dueña de "El Camino", ¡para que vamos a ser diferentes!, para una cosa que tenemos especial rápidamente la liamos para tirarla por la borda. Bueno el caso es que, sin darnos cuenta, estamos entrando en el pueblo de Arzúa, otro hito importante del camino que nos lleva a Santiago y los llamativos letreros publicitarios a su entrada así nos lo indican.

(Entrada en Arzúa)

(Con amplia oferta hotelera)

En el primer bar abierto, después de sobrepasar el letrero de Arzúa está Matilde esperándonos para tomar algo con nosotros, "sabía que aquí ibais a parar", efectivamente, ¡acertó!, eran las 11:30 horas, un buen momento para hacer un alto en el camino. Pero esta parada no fue a la primera, Matilde llevaba un rato esperando que la atendieran en la terraza, nosotros entramos dentro, estuvimos un buen rato esperando ser atendidos, nos hacemos notar un poco, ellos a lo suyo, recogiendo cosas, ya que éramos los únicos del bar, damos un poco más de margen de tiempo y tras el cual volvemos a cargar nuestras mochilas y nos vamos, pasamos al siguiente bar, donde nos atendieron pero sin mucha diligencia, José se vuelve a plantear a volver a montar un bar por estas tierras.

(Arzúa, K 13,7 / 11:30 - 12:30 h / M-37,0)

Tras una hora de relajo y conversación nos despedimos de Matilde, hoy no volveríamos a coincidir, ella sigue su programación y nosotros la nuestra, nos veríamos el día 27 en Santiago, de momento...¡Buen Camino Peregrina!

Cruzamos todo Arzúa y observamos, que al igual que Melide, es un pueblo donde los peregrinos están presentes por todas partes.

Siguiendo las flechas llegamos al albergue público, el cual aún está cerrado pero hay un gran número de mochilas en "parrilla de entrada", su peregrino propietario se encuentra sentado, frente a ella, al sol del medio día gallego.

¿Y el resto de día qué hacen?, era la pregunta que nos hacíamos nosotros ante tan singular panorama, madrugar para llegar y esperar por una litera, ¿que sentido peregrino tiene esto?, ¡lo desconocemos! y tampoco nos va mucho en ello en querer buscar la solución, nosotros no nos gusta y por ello renunciamos a entrar en esa absurda dinámica.

Como el albergue estaba cerrado sellamos la credencial en una iglesia que hay al lado del mimo, en la Parroquial de Santiago de Arzúa y San Pedro de Lema, en la cual, por estar mejor orientada al sol, sobre sus paredes, había un buen número de peregrinos captando los cálidos rayos del astro rey.

 

(Aún no son las 13:00 h, hay que esperar, ¿que hacen el resto del día?)

Tras observar en vivo y en directo lo que mucha gente nos había contado y no por ello dejar de sorprendernos, abandonamos el pueblo de Arzúa acompañados a ambos lados de la calle de ofertas peregrinas sobre alojamientos y comidas, son numerosos, pero nos imaginamos que en los meses puntas todo esto se quedará corto y habrá que recurrir a todo tipo de alojamiento aunque sea solo temporal, como los pabellones deportivos.

Tras dejar atrás las últimos edificios del pueblo nos adentramos por una guapa zona boscosa de exuberante vegetación y donde los motivos peregrinos flanquean el camino, como en As Barrosas, en el mojón 36,0. También pillamos in fraganti alguna ardilla que otra, la cual, tras escucharnos, se sube rápidamente a lo más alto de los árboles.

(As Barrosa, M-36,0)

(Un plácido caminar junto a la laboriosa ardilla gallega)

Tras sortear uno de los varios arroyos que hoy llevamos cruzados llegamos al lugar de Pregrontoño, donde sorprendentemente, nos encontramos en una de sus cunetas a un peregrino durmiendo, sabíamos que el tema de los albergues estaba crudo pero no creíamos que tanto. De una de las bolsas que acompañan a este personaje sobresalte una pluma, no nos fijamos en ella, solo en casa, al revisar las fotografías del día en cuestión, reparamos en ella, este detalle nos dará la clave para saber con quien nos hemos encontrado, pero para eso aún tenemos que esperar 24 peregrinas horas.

(¿Cuantos puentes hemos pasado hoy?)

(Lugar de Pregontoño)

(Fijarse en la pluma de la bolsa, ¡no olvidarla!)

Nos olvidamos de la delatora pluma peregrina y seguimos subiendo, + 50 mts, volvemos a bajarlos y volvemos a subir otros + 70 mts, en este pequeño tramo, aunque gráficamente parece que vamos por llanura, hemos ascendido 120 metros de desnivel de ascenso y su correspondiente descenso. Aquí en las zonas planas encontramos campos de maíz ya cortado, en las zonas más ribereñas los grandes árboles nos impresionan, ¡mirad que pedazo de eucalipto!, se nos rompe el cuello de mirar para arriba y no ver su final, en alguna de sus bases te podías encontrar una porra de caramelo, debía ser el premio por conseguir ver el cielo azul entre ellos.

(De guapo paseo entre el ya cortado maíz...)

(... al ¡uff" ¡qué alto estos plantones!)

(Un goloso detalle a la orilla de "El Camino")

A la altura de Tavernavella parece que el terreno se dulcifica, la amplia senda terrera se tumba y nos da un respiro, la vegetación es más rala y los rayos solares pasan con más facilidad provocando cierta sudoración corporal. Se acerca la hora de comer, son casi las dos de la tarde, estamos en el mojón 32,0, hemos caminado unos 18,4 kms desde que salimos del hostal Sony en Melide, tenemos que ir pensando en buscar un buen local para comer, no tenemos problemas con el alojamiento, Rosa se ha encargado de ello, tenemos reservadas tres habitaciones en un hotel de Arca-Pedrouzo, así que no tenemos prisa por llegar, estamos a punto de terminar "El Camino" y tenemos que disfrutar los últimos kilómetros sobre él.

(Tavernavella, K 18,4 / 13:50 h / M-32,0)

Pasamos por A Calzada al pasar nos encontramos con unas guapas terrazas, las rechazamos, nos parecen muy urbanas, nos recuerda mucho a las de una gran ciudad, queremos algo más rústico y humano no tan funcional, así que seguimos nuestro camino hasta el próximo núcleo poblacional o chiriginto del camino.

(A Calzada, K 19,3 / 14:00 h / M-31,1)

(Tentaciones y relajo, pero aún nos quedan 13 kilómetros)

Antes de llegar al lugar de Calle, escuchamos unas cuantas voces de aviso, nos adelantan un buen número de ciclistas, una pena que no pongan un timbre en sus bicis en lugar de andar a voces. Nos saludan, van todos muy contentos, alguno que otro hace un caballito para lucir su euforia, a nosotros no nos gusta tanto como a ellos, pero comprendemos que así se sientan, somos partícipes de la misma alegría aunque más tranquilos al expresarla.

(Alegría sobre dos ruedas)

Comentando las acrobacias y tras dejar atrás a una pareja de peregrinos con cierto exceso de peso para afrontar este tipo de actividades, llegamos a la aldea de Calle donde estaba el bar Pino, el cual tenía una guapa y soleada terraza montada, no resistimos la tentación y viendo que eran cerca de las dos y media de la tarde decidimos descolgar nuestras mochilas y encargar la comida.

(Calle, K 20,7 / 14:25 - 16:00 h / M-29,2)

Parar a comer en el Bar Pino igual no fue la mejor decisión que tomamos ese día, la comida fue bastante floja, incluso la persona a cargo del negocio nos dejó solos para ir a comprar parte de la comanda, pero tampoco tenia mucha importancia, lo que realmente nos interesaba era relajarnos un poco y aprovechar aquel guapo y soleado día. Además el nuestro paisano Fernando Alonso había ganado del Gran Premio de F1 de Singapur, ¿qué nos faltaba?, -Sí, nos quedaba algo por hacer, llamar a Héctor, compañero de la Sección de montaña del Foro de Asturmet, y pedir que nos reserve un hueco en la mesa para la comida del I Encuentro, parece que la buena organización de José va dar su frutos y... ¡al fin! se va a celebrar, nosotros no iremos a la marcha montañera, pero no queríamos faltar a la comida, ya estábamos organizando la rentré a la vida diaria, esto está finalizando.

A las cuatro en punto de la tarde, tras hora y media de relajo peregrino, levantamos tienda y afrontamos el último tercio del recorrido de la jornada, el tiempo seguía soleado e invitaba a seguir el caminar plácidamente, además ahora ya no había mucho tránsito, la gente ya había llegado a sus destinos y teníamos casi todo el camino para nosotros y alguna que otra rezagada bicicleta.

(Después de comer la tentaciones fueron "grandes", tanto de tipo vegetal como líquidas)

Antes del llegar a Boavista tuvimos la ocasión de ver como funcionaba el tema de "los coches de apoyo", una familia así viajaba delante nuestro, el padre conduciendo el vehículo y la madre con sus dos hijos, libres de pesadas cargas, caminando delante o tras él, según los tramos que se fueran encontrando, igual es una manera muy práctica de realizar el camino pero poco atractiva, no le vemos "la gracia", muy respetable pero nos parece un poco aburrido y no deja de ser más de lo mismo, el dichoso coche siempre presente.

(¡Coche de apoyo a la vista!)

(Boavista, K 22,1 / 16:25 h / M-27,8)

Dejamos atrás Boavista y vamos transitando por un guapa zona de arboleda, casi en solitario, solo una chica que va rezagada, viene haciendo el camino los fines de semana, ella siempre queda atrás, no sabe hasta qué albergue va, le dicen en el punto kilométrico que tiene que parar y ella....¡para!, no sabe mucho más. Va fuertemente abrigada, - creo que quiere sudar para adelgazar, ¡ya se lo preguntaremos más adelante! Dejamos la pregunta y a la peregrina para otro momento del camino y avanzamos hasta encontrarnos con otra ardilla en el medio del camino, ¡in fraganti!, pensaba que con tanta tranquilidad nadie la iba a molestar en sus labores de recolección.

(Salceda, K 23,6 / 16:50 h / M-26,3)

En salceda nos tenemos que apartar de la senda, la misma estrecha mucho, va paralela a la carretera, y, además, unas bicis nos atosigan por detrás, nos apartamos y pasan. Después de superar esta pequeño estrechón nos adentramos por otra zona de árboles donde nos encontramos con lo más feo de todo "El Camino", con la basura y la falta de limpieza, evidentemente la culpa es de todos, nuestra por no ser cuidadosos con lo que se tira y dónde se hace y los responsables de la limpieza de "El Camino", en el caso de que esta figura existiera, por no recoger la misma con la suficiente frecuencia para que las instantáneas que obtuvimos en aquel momento no se hubieran conseguido nunca.

(Nos gustaría que estas fueran las últimas fotos que se obtuvieran reflejando este feo aspecto)

No es de extrañar que por este populoso camino la limpieza empiece a fallar, hoy es domingo y la saturación de todo el "finde" se deja notar, seguramente el lunes el cubo ya estará vacío y la imagen no será tan terrible. No obstante por el trayecto que hoy transitamos nos encontramos con otros actos no mucho más cívicos que los anteriores, esas personas que salen de casa con el "rotulador gordo" en la mochila, para, en aras de la libertad de expresión, grafitear todo letrero que se encuentran al pasar, aunque sus textos, en muchos casos, dicen verdades como puños no deja de ser otro acto fuera de lugar.

(Detalles gráficos de "El Camino)

La carretera N-547 está muy presente en este tramo del camino, unas veces del lado izquierdo y otras del derecho, lo que nos obliga a cruzarla creo que un par de veces, atrás vamos dejando mojones peregrinos, como el el de Xen (M-25,5), el de Brea (M-23,5) o Rabiña (M-23,0). Un poco por debajo del alto de Santa Irene volvemos a la carretera y la tenemos que cruzar, aquí los coches pasan rápido, a pesar de que un poco más arriba está una patrulla de la DGT registra la velocidad y para algún que otro vehículo. Volvemos a la cruda realidad, esto ya no es pasear por los solitarios e idílicos bosques norteños, ahora toca volver a casa, ya estamos cerca, ciertos elementos de una cotidianidad vuelven ante nosotros, estamos regresando casi a casa, a la rutina, aunque aún nos quedan un par de días, pero esto ya toca a su fin.

(Con extrema precaución cruzamos la carretera N-547 y seguiríamos la marcha)

Las fuerzas ya van un poco justas, especialmente las rodillas de José, parece que no llega, pero el se apoya en su largo bastón y tira para adelante. Cerca de las seis de la tarde llegamos al Alto de Santa Irene, una zona muy poblada de establecimientos hosteleros, un buen lugar para hacer un alto en el camino, aflojar un poco de presión en las rodillas y refrescar nuestros secas gargantas, pero antes de posar nuestras mochilas volvemos a cruzar la carretera y escogemos un bar que está casi a la vera de por donde continúa nuestro recorrido.

En la parte trasera del bar donde paramos había una báscula, nos hizo mucha gracia y aprovechamos para hacer una pesada de nuestras mochilas, todas pesaban entorno a los nueve kilos, menos la del compañero José que pesaba dos kilos menos, lo simpático del asunto era que solo su neceser personal pesaba dos kilos, así que... ¿pero qué llevas?, algún día debería hacernos una relación detallada de lo que llevaba, seguro que nos venía a todos muy requetebién.

(Alto de Santa Irene, K 28,0 / 18:00 - 18:30 h)

La pesada, las risas y el relajo en el Alto de Santa Irene nos llevó media horita, un tiempo que nos vino muy bien para recuperar fuerzas y ánimos para llegar al pueblo de Pedrouzo, del cual, aún nos distaba cerca de cuatro kilómetros, una horina más.

Ahora toca bajar lo que había subido, ¡faltaría más!, vamos caminando por una amplia arboleda casi paralela a la carretera, en este punto nos encontramos con nuestra conocida y silenciosa ciudadana Danesa, la cual nos saluda con una tímida y cómplice sonrisa, parece que está alojada en el albergue que hay un poco más abajo y sube para aprovisionarse. En este descenso José se vuelve a resentir de las rodillas, ¡él aguanta!, pero nostros bajamos un poco el ritmo con el ánimo de que pronto alcancemos el llano y todo vuelva a la normalidad.

(Capilla de Santa Irene)

Cuando alcanzamos un poco de llano nos encontramos con una piedra dibujada que nos indica que allí cerca está la capilla de Santa Irene la cual es acompañada por una gran fuente, para visitarla tenemos que cruzar un puente de hormigón sobre el cual pasa la carretera, tras la oportuna visita volvemos al camín que nos ocupa y nos encontramos con una de las varías sorpresas del día.

Hace dos jornadas, cuando estábamos en Guntín, vimos a un singular peregrino que sujeta a la mochila portaba una caja rectangular, a todos nos sorprendió mucho este detalle y nos preguntábamos que llevaría en ella. Hemos que tenido que caminar unos 58 kilómetros (dos etapas más) para saber lo que contenía la caja de cartón: ¡un gatín!, un precioso y adorable cachorro de gato, no pudimos resistirnos a parar y charrar un poco con tan singular personaje, incluso se llegó a ofrecer para que sacáramos una foto con el musino.

(Creo que este va a ser el nuestro hotel, ¡ya veremos!)

(Sorpresas de "El Camino": un musin peregrino)

Dejamos de lado el "Refuxio de Peregrinos" completo de Santa Irene y vamos a buen ritmo caminando por el concejo de O Pino, íbamos muy relajados comentando la aparición del gatito peregrino, cuando una voz en el camino nos sorprende, habla de un albergue a dos kilómetros, ¡es una máquina publicitaria!, la imaginación - marketing en "El Camino", ¡cómo discurren algunos!, ya no solo se conforman con el papelito, hay que asustar a los peregrinos.

(Refuxio de Peregrinos de Santa Irene: Completo)

(¡Qué susto!!!)

Tras el susto publicitario, una vez más, nos adentramos por otra guapa zona de arboleda, eran ya las siete de la tarde y el sol estaba bastante bajo, esto provocó que pudiéremos obtener una bonita postal de un atardecer en el bosque, los oblicuos rayos de sol provocaban preciosas sombras, recordamos que fue uno de los mejores momentos fotográficos del día y tendrá un lugar destacado entre las muchas fotos guapas que hemos obtenido durante nuestro largo peregrinaje. Fue una guapa despedida del día, ya que a la altura de Rua (M-19,0), volvemos, de nuevo, a la oscura carretera que nos llevará directamente a Arca - Pedrouzo, punto final para la larga etapa de hoy.

(De la negra oscuridad del atardecer en el bosque)

(Al negro asfalto que nos llevará, en su parte final, hasta Pedrouzo)

A las siete y media de la tarde, tras ocho horas de marcha y 32 kilómetros recorrido llegamos al hotel Platas donde Rosa había reservado tres habitaciones, el albergue público, justito al lado del nuestro alojamiento, tal como nos teníamos, estaba completo, ¡no importaba!, ya hacía tiempo que habíamos renunciado a entrar en esa carrera, todos lo teníamos muy claro: una habitación matrimonial para Mary & J. Félix, otra doble para Los Chicos (José y Paco) y otra para Las Chicas (Eva y Rosa). El establecimiento era nuevo y estaba muy bien, así que nos tuvimos que estirar un poco la cartera y pagar un poco más que los anteriores alojamientos, aunque esto nos preocupaba más bien poco, hoy era un día especial, ¡Eva cumple años!, teníamos que celebrarlo de alguna manera.

(Arca - Pedrouzo, K 32,0 / 19:30 h / M-17,5)

Tras pegarnos una cómoda y caliente ducha, recopilamos toda la ropa sucia de todo el grupo y nos vamos hasta el Albergue Público de O Pino para hacer la colada y, de paso, sellar nuestras credenciales. Allí estaban Ángel, con su inseparable libro, y "Las Niñas", además de encontrarnos con la hospitalera más alegre y dicharachera de todo "El Camino!, la Señora Odulia, a la cual escuchamos más que charramos con ella y la verdad que nos vino muy bien encontrarla y no llevar con nosotros la sosa imagen de la experiencia que habíamos tenido de los anteriores hospitaleros gallegos.

(Albergue de Peregrinos de O Pino - Arca-Pedrouzo)

Entre los veinte minutos de lavado y otros tanto de secado, tuvimos la ocasión de entablar conversación con un Peregrino que había cruzado el gran charco para hacer "El Camino", ya que había venido desde su Chile natal, ante nuestra admiración, él se quitó importancia pues en su caminar se había encontrado con bastantes ciudadanos de América del Sur, los cuales habían venido expresamente para hacer esta internacional peregrinación.

Con la ocupación del aseo personal y de prendas la noche se nos echó encima, así que cuando terminamos ya era la hora de cenar, tarea que no era muy sencilla ya que aquí había mucho ambiente peregrino y los bares y restaurantes estaban llenos de ellos, gente de todas las edades y nacionalidades estaban celebrando que mañana sería la última etapa caminado y esto se notaba bastante, todo era chanzas y risas, además de alguna que otra foto ya con sabor a despedida.

 

(Mary ejerciendo de fotógrafa para un juvenil grupo de peregrinos)

Nosotros, a parte de ir celebrando lo mismo que nuestros compañeros, teníamos que brindar por los añitos que cumplía nuestra querida Eva, para ello, ¡al fin!, encontramos una buena mesa que nos permitiera levantar las copas de vino a su salud, sobre todo teniendo en cuenta que el líquido rojo había sido una invitación de la morena peregrina. Ya nadie se quejaba de que las rodillas, el cuello, de la tortícolis o del peso de la mochila, ¡todo lo contrario!, nadie se acordaba de ellos, ni se mencionaba, ahora solo tocaba recuerdos para los compañeros que no estaban en aquella mesa, ¿los veremos mañana en Santiago?

("Es una chica excelente, es una chica excelente, es....", por ti, Eva)

Antes de marchar del restaurante.... ¡aparece Tedo!, este hombre es igual que el río Guadiana, ahora está, un poco después desaparece y, ¡al final!, vuelve de nuevo.

¿Dónde te has metido hoy?, ¡no te vimos en la larga jornada!

Nos contó que había conocido a unos peregrinos y que estaba alojado con ellos, sacó una bolsa llena de pinks de un singular albergue de peregrinos de Salceda, del cual habíamos nosotros visto la publicidad por el camino, con el encargo de que los fuera repartiendo por "El Camino", se había parado allí a descansar y lo había tratado muy bien, nos enseñó el sello que le habían dibujado, con tinta de colores, en su extensa credencial peregrina, nosotros nos conformaremos con escuchar su aventura y de guardar con afecto el pink que nos regaló y del cual dejamos aquí una fotuca.

Nos despedimos de Tedo con la esperanza de que mañana nos viéramos por Santiago de Compostela y se pudiera brindar por el final exitoso de la estupenda experiencia peregrina.

(Hoy no hay prisa, mañana serán los últimos 20 kilómetros)

La etapa había sido la más larga de todo el recorrido desde que iniciamos nuestra marcha hace casi quince días en Mieres del Camino, pero esto ya no importaba mucho, ahora todos tenemos una buena forma y a pesar de los achaques personales que alguno puede tener, la fuerza del grupo es grande y nada nos impide.... ¡tomar una copa en un pub de Pedrouzo!, el cumple de Eva se lo merece y, aún, tenemos muchas cosas que contarnos, mañana seran los últimos veinte kilómetros juntos y debemos aprovechar al máximo el tiempo.

Era tarde cuando nos acostamos, así que la consigna antes de cerrar la puerta de la habitación fue:

¡A las nueve en el hall!, ¡no hay prisa!, mañana será el último día de marcha peregrina.

 

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* Aviso: En estos documentos solo tratamos de narrar la experiencia personal vivida al realizar nuestros recorridos, los itinerarios que aquí describimos son orientativos. Queda a la responsabilidad de quien realice la ruta el tomar las medidas de seguridad apropiadas para cada dificultad, que dependerán muchas condiciones, entre ellas el estado del terreno, la altitud, la meteorología, etc... así como la preparación tanto técnica como física de las personas que realicen la actividad.