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León

Bodón de Cármenes

Canseco, 10/2014

JFCamina, 11/2014

 

El Bodón de Cármenes desde el regato del Monte Bodón

(Un paseo otoñal sobrevolando un espectacular fayeo por tierras de Canseco)

Mapas ING: 103-II "Villamanín"

Inicio y fin : Canseco, Ayto. Carmenes, León.

Objetivos: Fayeu Monte Bodón y Cimas del Bodón de Cármenes.

Recorrido: Puentes antes de Canseco (1200 m.a.) - Inicio bosque (1300 m.a.) - Paseo por el bosque hasta los pies calizos de la Sierra del Mediodía (1470 m.a.) - Collada de acceso a la cumbera de la Sierra del Mediodía (1570 m.a.) - Sierra del Mediodía (1776 m.a.) - Bodón de Cármenes (1847 m.a.) - Inicio del recorrido de descenso - Riega que nos desculega sobre el fayeu (1700 m.a.) - Reencuentro con el camin y reguero (1330 m.a.) - Puentes antes de Canseco (1200 m.a.).

Distancia: ± 11,0 Kilómetros = 6,7 Ascenso + 4,3 Descenso

Tiempos: 5 h. 30' = 3 h + 2,5'

Desnivel: 700 mts. de ascensos más su correspondiente descenso.

Terreno: Pista que se va perdiendo, poco a poco, en el bosque y después veredas.

Señalizacion: No.

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En la primera quincena del Octubre del 2011 nos acercamos a conocer el fayeu (hayedo) del Regato de Monte Bodón. Fue una visita rápida, un primer reconocimiento, pues veníamos de otra actividad, pero ya que pasábamos cerca nos arrimarnos para comprobar la belleza que nos habían contado del mismo. Fueron dos horas intensas, y aunque el bosque no estaba en su mejor tono cromático, observamos que era una maravilla, así que hicimos votos para volver, pero prolongando la excursión hasta lo más alto de la sierra del Mediodía, hasta la cima del Bodón de Cármenes.

La ruta y fayeo que hoy tratamos comienza en las inmediaciones del escondido pueblo de Canseco. Desde Mieres del Camín (Asturias), Puerto Pajares, Villamanín y Carmenes (León) existe unos 60 kilómetros por carretera, después dirección puerto Piedrafita, por la LE-311, en Pontedo, giro a la derecha, y, por la carretera vecinal, CV-103-15, al puente medieval de Canseco sobre el río Torío, otros 4 más, en total 64, una hora de viaje sin tener en cuenta la parada obligada para tomar un cafetín mañanero. Advertir que No tenemos que llegar al pueblo de Canseco, unos dos kilómetros antes, justo cuando empieza la foz que nos daría la entrada al pueblo, a mano derecha, nos encontramos con dos puentes sobre el río de Torío, el primero es, más o menos, moderno, unos pocos metros más arriba nos encontraríamos con otro de corte medieval pero a este no tenemos que llegar, cruzaríamos el primero, y aparcaremos el coche, aunque no existe mucho espacio para aparcar, solo para dos o tres vehículos.

(Canseco, CV-103-15, Ayto. Carmenes, León, ± 0,0 K / 1200 m.a. / 10:45 h. / Punto 1 Mapa)

Tras calzar las botas de montaña y echar las mochilas al hombro, tomamos un pista terrera río de Torío abajo (no muchos metros), pasamos una portilla de cadena que dejamos como está, y poco a poco vamos girando a la izquierda (al SurEste) para empezar a ir parejos al regato del Monte Bodón, el cual vierte sus tímidas aguas en el gran Torío. Tras el recodo observamos el bosque pegado a los contrafuertes calizos de la Sierra del Mediodía, aunque el mismo ya lo teníamos divisado desde la carretera que viene de Pontedo. Vamos muy contentos porque realmente está espectacular, el otoño cromático se ha instalado en él de pleno, llegamos en el momento justo, tal como habíamos calculado, estas cosas no debemos hacerlas a voleo, tenemos que tratar de calcular el “punto de caramelo” cromático, esta vez lo hemos conseguido, pues la anterior le faltaba un poco, pero era solo una pequeña exploración, ahora es otro tema.

(Inicio del bosque a la vera del Regato del Monte Bodón, ± 1,0 K / 1300 m.a. / 11:00 h.)

Después de transitar durante un kilómetro a la vera del regato, con los árboles cerca, pero todavía sin su techumbre, tropezamos con el regato y es el momento de introducirnos de pleno en el Monte Bodón, instalado en la ladera más norteña de la sierra caliza del Mediodía, la cual, está completamente cubierta por coloridas fayas (hayas) otoñales. En este punto las cámaras de fotos se vuelven locas, menos mal que son muy silenciosas, en caso contrario tanto clikc, exagerando un poco, nos volvería locos.

(Es hora de adentrarnos en el bosque, el regato nos dá la bienvenida)

(También su apabullante colorido)

La ancha pista se adentra en el fayeu, aunque según vamos avanzando, la misma se va diluyendo poco a poco entre los jóvenes árboles que componen la parte baja del mismo. Transitamos por ella sin apenas desviarnos. Ya comentamos al comienzo que la ruta que íbamos a la vera de un regato, la propia palabra nos indica que su caudal, en circunstancias normales, no es muy grande, en esta ocasión, a la vista de la sequía de los meses de septiembre y octubre, el mismo apenas se percibe, solo un pequeño surco discurre oculto por las hojas caídas.

(¡Uff, hemos logrado el pleno con el día escogido!)

(El bosque está de 10 y unos puntos extras más)

Vamos pletóricos, disfrutando del otoñal bosque sin ningún tipo de prisa, pues aunque el objetivo de la ruta está mucho más arriba (en lo más alto de la Sierra del Mediodía) no nos apura el tiempo, de momento el bosque es lo principal. La idea es subir a lo más alto, pero aún no sabemos cómo será el circuito final, como iniciaremos el regreso. Ahora, en el momento de escribir este reportaje, sabemos que estamos en el punto de reencuentro de los dos recorridos realizados, el de ascenso y el de descenso, aunque no adelantemos acontecimientos.

(Sin ninguna prisa, pues vamos disfrutando a tope y no es plan de dejarlo pasar)

(Punto de reencuentro en el Regato de Monte Bodón, ± 1,5 K / 1330 m.a. / 11:20 h. / Punto 2 Mapa)

Llegamos a un punto del bosque, donde la pista se ha difuminado dentro del mismo, además unas grandes piedras parece que han querido impedirnos el paso. A partir de aquí nos encontramos con las fayas cubiertas con las famosas “barbas de San Jorge”, signo de calidad ambiental, eso que tanto nos gusta a todos, aunque a veces no respetamos nuestro entorno tanto como se merece. Las verdes barbas se entremezclan con el gris plata de la corteza y los rabiosos ocres-narajas de las hojas, dejándonos unas bellas imágenes, las cuales, en ocasiones nos asustan un poco por su toque fantasmal, otro precioso detalle más para la caja de los tesoros del paraje que estamos disfrutando.

(¡Uff!, parece que ha querido cortarnos el paso e impedirnos seguir disfrutando)

(¡Menuda bola que se ha descolgado de la sierra!)

(Detalle de las coloridas “barbas de San Jorge”)

En este punto del fayeu-fayedo (hayedo) la cámara se vuelve loca, uno dispara sin sentido, tratando de tomar la mejor foto de los barbudos detalles, hasta que uno se da cuenta que no es una circunstancia natural aislada y que, a partir de aquí, forma parte de este singular paraje en el que esta hermosa mañana de otoño nos encontramos, ya no hay manera de olvidarse de él. Si no fuera por los bordes no nos daríamos cuenta de que vamos caminando por una pista, ya hace tiempo que nos hemos olvidado de ella.

(La pista forestal, que nos lleva de la mano, llega un momento que se difumina, resultando imperceptible)

Después de una hora ascendiendo en una única dirección, de NorOeste a SurEste, el reguero ya lo hemos dejado atrás. Ahora alcanzamos un claro y lo que parece una collá a mano izquierda, la impronta de la pista parece que continúa a la derecha. El interés de lo que se contemplará desde la collá es más fuerte que continuar por el bosque y salimos a ella, ya volveremos a él. Nos aupamos sobre una piedra para coger mejor visión sobre las copas de los árboles dorados, una preciosa picacha caliza destaca sobre el resto, miramos el mapa y creemos que esa es la zona donde se ubica la picacha principal de la Sierra del Mediodía, el Bodón de Cármenes, aunque está un poco para atrás, dándole la cara al pueblo que le dá nombre. Tomamos varias fotos de la cumbre, especialmente porque estamos oteando el posible descenso, esa canal nos gusta y ofrece muchas posibilidades, aunque aún tenemos que comprobar de primera mano cómo está el terreno.

(Collá panorámica, con el Bodón de Cármenes fijado, ± 2,5 K / 1470 m.a. / 11:45 h. / Punto 3 Mapa)

(Detalle hacia el Puerto de Piedrafita y la Peña de la Laguna, el concejo de Aller al otro lado)

No tenemos claro lo del regreso, pero sí que debemos volver al bosque y seguir por él arriba en la misma dirección que traíamos, en busca de una amplia collada que nos permite un ataque a cumbre limpio. Al bosque volvemos, aunque realmente no hacía falta, pues podíamos haber seguido desde donde nos encontrábamos, pero queríamos seguir disfrutando de él. Así fotuca por aquí y por allá, además con muchas setas, pues la primera vez que aquí estuvimos no vimos muchas, hoy es todo lo contrario. Todo esto hizo que el tiempo pasara sin apenas darnos cuenta, lo cual importa muy poco, tenemos que aprovechar a disfrutarlo a tope.

(De regreso al cobijo de los árboles, en busca de los pequeños y coloridos detalles)

(También un buen lugar para sacar unas guapas fotos de recuerdo)

(Foto de pareja, no solo son de cumbres, ahora el bosque es el verdadero protagonista)

Poco a poco vamos dejando los árboles tras nuestro, solo alguna solitaria y colorida faya gratina la ladera, todo lo bueno se acaba, la collá está a la vista. También el objetivo montañero del día, pues cada vez vemos mejor y más claro la cumbre objetivo y la posibilidad de descender por la canal lateral. Nos da un poco de pena dejar el cobijo de los árboles, aunque igual tenemos la oportunidad de una segunda pasada, aunque ya veremos, de momento a culminar otro jito más del día, la solitaria collá que tenemos delante nuestro.

(Manteniendo la misma dirección inicial, poco a poco vamos saliendo del bosque)

(De vez en cuando damos la vuelta para otear la cumbre del día y el posible descenso)

(Collá sobre el arroyo Fallarón, ± 3,3 K / 1570 m.a. / 12:15 - 12:30 h. / Punto 4 Mapa)

Después de hora y media desde que arrancamos a la vera del río Torío, alcanzamos la collá que nos va posibilitar un limpio ataque a lo más alto de la Sierra del Mediodía. El mapa que portamos no nos dice el nombre de la misma, solo que la peña que está a la derecha es la de Peredilla y el valle que se deja caer el del arroyo de Fallarón. Esta zona nos resulta un poco familiar por el largo recorrido realizado en primavera desde Canseco a las Peñas Faro, Huevo, Morala y descenso por el alto de Redilluera y valle de Palomera, al que desemboca este que ahora estamos visionando. Una fruta para coger fuerza y para arriba que nos vamos virando al Sur bruscamente, la cumbrera nos espera.

(Peña Peredilla, a la derecha, y el valle que se deja caer el del arroyo de Fallarón)

(Un poco de hidratación, giro brusco al Sur, y para arriba que nos vamos, ya se acabó el terreno fácil)

(Aunque aún tenemos momentos disfrutones, pues empezamos a sobrevolar el bosque)

El avance hasta lo más alto, pese a la inclinación, resulta fácil, existen unas buenas trazas, suponemos que ganaderas que nos facilitan la labor. Si miramos los tiempos observareis que nosotros tardamos un poco, pero fue por motivos ajenos a la actividad, os comento: En la zona del bosque no teníamos cobertura del móvil y en la collá tampoco, cuando empezamos a subir hacia las cumbres los tres móviles familiares que portábamos empezaron a pitar como locos, algo había pasado, así que hubo que solventar una pequeña emergencia familiar. Ventajas e inconvenientes de la telefonía móvil.

(Manolo apurando los últimos esfuerzos hacia la cumbrera)

(1ª Cumbre Oriental de la Sierra del Mediodía, ± 4,5 K / 1776 m.a. / 13:00 - 13:30 h. / Punto 5 Mapa)

A eso de las trece horas alcanzamos la primera cumbre de la Sierra del Mediodía, un pequeño y solitario mojón de división de montes nos da la entrada. Lo primero que hacemos es echar una mirada hacia la espectacular sierra dentada, la que va desde el Cueto Cabañas (en primer plano) y culmina en el gran Bodón, el de Valdelugueros, al cual ya hemos tenido la suerte de hollar en dos ocasiones, ambas igual de disfrutonas, pero la última desde su fayeu es de nota. También un momento contemplativo hacia el valles de Valverde y Valdeteja, aunque en esta parte no luce tanto por la posición del sol, lo que también nos impide tener una guapa estampa del gran Correcillas o Polvoreda. Otra al de Valverdín, casi desde la entrada a las foces del Vegacervera, al fondo, a la derecha, el Machacao y Fontún, más al fondo las altas cumbres de la Cordillera Cantábrica (Las Ubiñas, Babia y Somiedo).

(El Peredilla, 1º plano y despues, el Cabañas y Bodón Valdelugueros, a la derecha, Valverde-Valdeteja)

(Al SurOeste, el valle del Valverdín y el inicio de las foces de Vegacervera muy próximas)

Una foto de grupo no viene nada mal, siempre presta inmortalizar estos guapos momentos con los compañeros de ruta. Tras el momento contemplativo y fotográfico iniciamos el momento de cumbrear hasta el objetivo marcado y el cual tenemos a la vista, aunque aún queda. Por una auténtica sierra de dientes, en dirección Oeste – Este, vamos tratando de pisar unas cuantas cumbre sin nombre, al menos en el mapa que nosotros portamos. No existe distintivo ninguno, solo un tímido mojón de limitación de montes, supongo que de carácter local, pues todos pertenecen al Ayuntamiento de Cármenes.

(Con el objetivo fijado al Este, es hora de cumbrear)

(Y de sacar una simpática foto sobre un pedrusco identico al que tropezamos en lo fondero del bosque)

No sé a cuantas picachas nos subimos, de lo que estoy seguro que marqué puntos en cuatro de ellas antes de alcanzar la cumbre objetivo, todo esto nos generó diversas subidas y perdidas de cotas, aunque sin muchos desniveles por el medio. A nosotros lo que más nos interesaba era el bosque que estábamos sobrevolando, el cual disfrutábamos desde otra perspectiva. También nos ocupaba escudriñar los posibles descensos, creíamos que ya habíamos conseguido uno, el que habíamos oteado desde la collá del bosque. Efectivamente nos parecía factible, una riega que parecía que no tenía rotura brusca y nos dejaba en el bosque, ya veremos, de momento a culminar y comer el bocata.

(Otra picacha más, como la que nos ocupa los puntos 6 y 7 del mapa)

(Una mirada hacia atrás, para visualizar el detalle de...)

(... El Espigüete, al fondo, delante de él, las Peñas Pintas, el Bodón de Valdelugueros y Cueto Cabañas)

Llegó un momento que nos tropezamos con una agreste peñasca situada a 1800 metros de altitud, no nos quisimos complicar la vida y nos apeamos un poco de la cumbrera escorándonos hacia Valverdín, dejando tras nuestro una preciosa estampa que va desde este valle hasta Valdeteja, recorrido en coche en muchas ocasiones por mi persona, tanto de guaje como de mayor, siempre camino de la cercana Villaverde de la Cuerna. Después salinos a una guapa pradería de altura, aunque la yerba estaba muy quemada, necesita un poco de agua urgentemente, espera impaciente la llegada del invierno.

(Nos apeamos un poco de la cumbrera basculando para la vertiente de Valverdín)

(Dejando tras nuestro unas preciosas estampas)

(Collá hacia la cumbre del Bodón Cármenes, ± 5,6 K / 1785 m.a. / 14:00 h. / Punto 8 Mapa)

Ya muy cerca de la cumbre principal, nos volvemos hacia la vertiente del fayeo para observar con más detalle el posible descenso, tanto Manolo como un servidor lo teníamos claro, aunque aún queríamos explorar otra opción más al Este (pasada la cumbre del Bodón), pero antes había que llegar a ella. Aprovechamos para otear las altas cumbres cercanas que lindan con el puerto de Vegará, las que nombre anteriormente (Faro, Huevo, Morala, etc…). También las del otro lado, las más Sureñas, las del Machacao y Fontún, además del cruce de carreteras que viene de Cármenes y va hacia Vegacervera o Valdeteja.

(Queda muy poco, aunque antes escudriñamos un poco el posible descenso, el que vimos desde la collá)

(Detalle de la canal que oteábamos desde la collá del bosque, no parece muy complicada)

(Aunque está por ver lo que existe por debajo de ese diente que sobresale antes de entrar en el bosque)

(Al fondo el Machacao y Fontún, abajo el cruce de carreteras Carmenes-Vegacervera o Valdeteja)

Al fin, a eso de las 14:20 horas llegamos a lo que creíamos que era la cumbre principal, pero no estábamos muy seguros porque, a pesar de que era de una altitud similar a la que llevábamos anotada, no daba vistas sobre Cármenes, sino sobre Canseco y sobre las cumbres fronterizas de los puertos de Piedrafita y Vegará. Pese a que pensábamos que la cumbre conocida como Bodón de Cármenes no era sobre la que estábamos sacamos una foto de grupo, sería nuestro Bodón de Canseco. No planteaba ningún problema, un poco más al Este había unas piedras redondas, las cuales ya empezaba a resultarnos muy familiares, que debía ser el objetivo marcado, tras unos minutos hacia ellas iríamos, no estaban muy lejos, a penas doscientos metros, aunque Luis no quiso despreciar el instante contemplativo y alargó un poco más el momento disfrutón.

(Foto de grupo en el "Bodón de Canseco", ± 6,5 K / 1840 m.a. / 14:20 h. / Punto 9 Mapa)

(Luis prolongado el momento disfrutón sobrevolando el bosque)

(Uno par de cientos metros más para darle a cara a Cármenes)

Nos desplazamos un poco al Este y tropezamos con dos grandes morrillos, parece que esta zona es más alta que la anterior, bueno no nos importa mucho, lo realmente interesante es que al subirse a ella tenemos una amplia estampa de todo el valle de Cármenes y el propio pueblo. También existe un pequeño mojón, como el de las otras anteriores, así que concluimos allí nuestro recorrido de ida, ahora queda disfrutar un poco de la espectacular panorámica, además de hacerse las fotos pertinentes, aunque no de grupo porque aquí no hay mucho juego para ello, la seguridad ante todo.

(Bodón de Carmenes, ± 6,7 K / 1847 m.a. / 14:25 h. / Punto 10 Mapa)

(¡Uff, menudas panorámicas!, desde Cármenes y el pico el Gallo hasta el Fontún y Las Ubiñas)

(También la Peña los Bueyes y Braña Caballos, las Tres Marias y las altas cumbres de Pajares)

Tras la sesión fotográfica y contemplativa nos apeamos de las agrestes peñascas y descendemos un poco hasta la vertiente Norte, hacia una colladina por debajo de la peña con una doble finalidad, la primera el observar una canal que se descolgaba sobre el bosque por la izquierda, la cual vimos imposible, y segundo el comer el bocata en aquel tranquilo paraje al refugio del Bodón de Cármenes. Una hora justa nos relajamos plácidamente con el bocata, no teníamos mucha prisa y ya teníamos muy claro por dónde descender, en caso de que no fuera tan bueno como pensábamos teníamos margen para enmendar y volver sobre nuestros propios pasos. Así que a las 15:30 horas volvemos a poner la mochila al hombro y en dirección Este – Oeste que nos vamos, pero no por mucho tiempo.

(Bocata a la sombra del Bodón de Carmenes, ± 7,0 K / 1810 m.a. / 14:30 - 15:30 h. / Punto 11 Mapa)

(Ladeando en dirección Este - Oeste por debajo de las dos cumbres de Bodón)

Por cara Norte, ladeamos unos cientos de metros por debajo de las dos cumbres que recientemente habíamos hollado, hubo un momento donde el terreno estaba muy suelto y pendiente, con una roca penetrada por el agua que caía sobre el fayeu. Llegamos por encima de la picacha que contemplábamos desde la collá del bosque, aquí comenzamos a descender por la herbosa ladera, hasta alcanzar el diente rocoso que habíamos visto antes de alcanzar el objetivo, la idea era descender por su derecha, por el lado oriental. Luis quiso visualizar la posibilidad de ver el lado izquierdo y se acercó un poco sobre el risco dejándonos una guapa postal de su figura con el espectacular colorido otoñal del fayeu. A última hora se mantuvieron la tesis de Manolo, iniciamos el vertiginoso descenso por la canal a la derecha del rocoso diente.

(Comenzamos a descender en busca de la entrada al bosque, en este caso por la derecha del diente)

(Luis sobrevolando el colorido bosque del Monte Bodón)

(Canal derecha del rocoso diente, ± 7,8 K / 1700 m.a. / 15:45 h. / Punto 12 Mapa)

El descenso sobre la vertical y herbosa canal no nos planteó muchos problemas, con un poco de tranquilidad y paciencia, sin apurarse innecesariamente, vamos perdiendo cota sin muchos problemas. A parte del ojeo sobre el terreno, que no nos ofrece muchos problemas aparentes, tenemos la ayuda del mapa, el GPS no nos muestra unas curvas de nivel tan apretadas como las canales que dejamos más a la izquierda, lo cual siempre nos tranquiliza un poco. Así que para bajo que vamos con la esperanza de que no nos surja ninguna sorpresa inesperada, cosa muy habitual en este tipo de terreno tan agreste y desnivelado.

(Canal abajo, primero por zona herbosa y después rocosa, hasta tropezar con la alfombra de hojas)

(Manolo comandaba la expedición de descuelgue de la Sierra del Mediodía)

Canal abajo, primero por zona herbosa y después rocosa, por donde debe discurrir un arroyo en época húmeda, hoy por suerte totalmente seco. Así hasta tropezar con la alfombra de hojas, en todo momento Manolo comandaba la expedición de descuelgue de la Sierra del Mediodía, se está volviendo todo un técnico en esto de descender por la riegas, aún recordamos el regreso de la cumbre del Susarón. Sin ningún incidente llegaron los árboles, al ser de fayas (hayas) es muy limpio el avance, no así si fuera de otro tipo de árbol. Solo tener cuidado de donde se posan las botas, las numerosas hojas tapan muchos agujeros.

(Ya en pleno bosque, pero con cuidado de las trampas ocultas)

Llegó un momento donde el terreno se volvió mucho más tendido, aunque antes tropezamos lateralmente con un reguero que, este sí, llevaba bastante agua, precisamente era el que había valorado Luis a la izquierda del rocoso diente, menos mal que no nos gustó mucho lo que vimos desde arriba, pues además llevaba una húmeda trampa. Este fue un momento de relajo, de volver a explayarnos bien con la cámara de fotos, pues había muchas setas, además muy especiales, así que no desaprovechamos la ocasión, tanto que Luis se quedó sin baterías de la cámara de fotos y no le quedó otra que tirar del móvil.

(Liberada la tensión de la riega, damos rienda suelta a la fotografía)

(Curiosa seta, muy parecida a un coral marino, una variedad de Ramaria parece)

(Una parada más y al reencuentro con el camín principal a la vera del regatu)

Manolo y Mary tuvieron que ser un poco pacientes con Luis y un servidor, la fotografía nos pierde, y más volviendo a la tranquilidad del bosque. Aunque aún nos quedaba hasta enlazar con el regato principal, donde a su vera va el camín-pista que nos guía fácilmente por él. Donde empezaríamos nuestra segunda pasada, aunque ésta un poco más corta, pues hemos aparecido un poco más abajo.

(Punto de reencuentro en el Regato de Monte Bodón, ± 9,5 K / 1330 m.a. / 16:30 h. / Punto 2 Mapa)

Ya sobre el cobijo de los otoñales árboles mañaneros, a poco menos de un kilómetro y medio de finalizar la excelente jornada andariega, creo que es el momento de dejar aquí el recorrido que realizamos sobre el mapa del IGN, que junto al GPS, es material indispensable para hacer la ruta con cierta seguridad, pues, aunque la ruta sea fácil siempre surge alguna duda, no siempre te vas a encontrar a un lugareño para resolverla, más por los terrenos solitarios y abruptos (en la parte más montañera) por los que hoy hemos transitado.

(Nuestro recorrido por el fayeu del Monte Bodón y las cumbres del Mediodía sobre el mapa del IGN)

Creo que nos quedó chulo el recorrido, aunque mucho más las numerosas fotos que hemos sacado, es normal que las baterías de la cámara se agotaran. Al poco de salir del bosque, echamos una mirada hacia atrás y observamos cómo los últimos rayos de sol iluminan la guapa peñasca caliza de la que nos habíamos descolado recientemente, bajo ella las copas de las fayas aún brillaban dejándonos otra guapa postal más. Estaba claro que era una invitación a volver a caminar por Canseco, lo cual no dudamos y lo tendremos muy en cuenta para el próximo otoño, ya se nos ocurrirá alguna variante más, aunque está claro que obligatoriamente pasando por el precioso fayeu (faedo, hayedo) del regato del Monte Bodón, ¡faltaría más!, así que…

¡Hasta pronto!

 

JFCamina

Para referencias sobre la zona correspondiente en www.jfcamina.es


 

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* Aviso: En estos documentos solo tratamos de narrar la experiencia personal vivida al realizar nuestros recorridos, los itinerarios que aquí describimos son orientativos. Queda a la responsabilidad de quien realice la ruta el tomar las medidas de seguridad apropiadas para cada dificultad, que dependerán muchas condiciones, entre ellas el estado del terreno, la altitud, la meteorología, etc... así como la preparación tanto técnica como física de las personas que realicen la actividad.